
Hace décadas veíamos en todas las ciudades cómo las distintas asociaciones de ciclistas que habitualmente tenían la bicicleta para pedalear, hacer ejercicio y sentirse mejor en el medio ambiente, pedían a los distintos ayuntamientos, donde se encontraban, que se respetara un arcén o carril para que sin miedo a ser arrollados pudiesen circular por cualquier avenida de las distintas ciudades que tenían espacios suficientes.
La bicicleta empezaba a no ser usada por parte de muchos trabajadores porque la motocicleta y el coche ya empezaron a suplantar el riesgo de ir en carretera subido en bicicleta y de hecho las distintas normas de circulación comenzaron a proteger seriamente al ciclista, porque no eran los que habitualmente las utilizan para carreras y circuitos, eran y son los que para llegar a su destino o puesto de trabajo no tenían otro medio más simple que ser ciclistas.
Los distintos ayuntamientos empezaron a imponer el carril bici, bien por decisión propia o porque Europa subvencionaba a las distintas CCAA para instalar dichos carriles por todas las ciudades, extremo que se convirtió en un logro importante para las distintas asociaciones de ciclistas y empezó a bajar el número de manifestantes solicitando estos carriles, porque ya no tenía sentido en muchas ciudades el ir aisladamente y con riesgo para practicar el pedaleo y hacer un eficiente ejercicio que siempre se decía que quien mueve las piernas mueve el corazón. Es más, en los distintos gimnasios existentes casi es imprescindible el que tengan bicicletas para que la musculatura y el rebaje de grasas fuera eficaz y lo es con este ejercicio. Pues bien, se han puesto carriles bici, algunos sin ton ni son por las distintas avenidas y calles que a capricho de los Concejales de Deportes se ha ido desarrollando sólo con camiones que rellenaban aceras de hormigón, pintura verde para esos carriles y las distintas señales de tráfico que componen este logro y han convertido avenidas en auténticas ratoneras para el peatón y el tráfico, pues han hasta quitado sentido de circulación en avenidas y todo esto se ha ido desarrollando a bajo coste y ya muchos por no decir miles de carriles se encuentran deteriorados, llenos de boquetes y circular por ellos, ahora sí que es un riesgo.
Pero en este trasiego de la movilidad sostenible aparece el patinete, el cual se adueña de ese carril, donde no puede circular a más de 10 km/hora, pero no importa van a 60, 70 y a lo que caiga y, claro, en el patinete ha desaparecido el pedaleo y ha desaparecido el ejercicio físico, salvo llevarlo en brazos para guardarlo y que salga ardiendo mientras se recargan las baterías, es decir, el uso del carril bici por los patinetes es el que impera y sus perspectivas futuras son prometedoras, pues crece su popularidad como tales patinetes eléctricos y la demanda es cada vez mayor para retar a cualquier medio de transporte público, los cuales aunque estén prohibidos van hasta compartidos por dos personas, los cuales a su vez no sólo utilizan esos carriles bici, sino que con toda impunidad van por aceras y calzadas de todo orden, la mayoría sin casco y lo que es peor, sin un seguro que les responda de su atropello, pero, su único fin ha sido expropiar el espacio que se dedicaba a los ciclistas y peatones y muchos de ellos sin respeto alguno ya han provocado muchas muertes a los viandantes que van por donde se denomina vía pública. Es decir, por donde el peatón es preferente.
Ahora, aquellas asociaciones de ciclistas ya no protestan y están casi desaparecidas, salvo para excursiones puntuales y algunos circuitos que para ellos se organizan aisladamente por los ayuntamientos, pero el patinete que no respeta las normas de tráfico como es la más importante, circular a alta velocidad, se ha adueñado de todo aquello que pisa como si se tratara del caballo de Atila.
En resumidas cuentas, el carril bici se ha cargado miles de aparcamientos de vehículos, pues entre estos y la prohibición de entrar en el centro de las ciudades ha hecho que cada vez se utilice menos el coche, porque al parecer quienes gobiernan se creen que todo el mundo tiene dinero para ir en un taxi o tener un patinete, cuando se sabe que a ciertas edades no hay ni lo uno ni lo otro. Por tanto, nos toca nuevamente un desarrollo de infraestructuras para construir más ciclovías y carriles bici para que tengamos un entorno amigable entre ciclistas, patinadores y peatones, pero el fomento de la actividad física se ha reducido notablemente y lo que se decía que servía para hacer ejercicio ha sido una falacia donde jóvenes y menos jóvenes circulan por los carriles bici sin respeto, con algunas barriguitas de más, con alta velocidad y provocando accidentes. Esta es la historia de lo que empezó por llamarse carril bici, el cual hoy está expropiado.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

Es cierto que tanta prisa y demagogia con el carril bici, ha terminado en ser un obstáculo en muchas ciudades, pues se han hecho estos carriles sin ton ni son y con obstáculos para el tráfico en centenares de ciudades y pueblos. Hay carriles que son en exclusivos para patinetes y donde te arrollan sin Piedad y no digamos la de Paseos Marítimos y avenidas que han quedado en un solo sentido ( Paseo Marítimo de Cadiz) que ha sido yces un desastre para el servicio público y viandantes. Echar hormigón y pintar ha sido lo único y ahora los ciclistas están en minoría y asustados cuando para ellos eran los carriles bicis.
En esta sociedad donde la lmpunidad campa a sus anchas en todos sus ámbitos, los salvajes descerebrados y miserables tienen vía libre para imponer sus reglas.
El carril bici es una patraña como tantas otras. Ya sean del PP o PSOE es un despropósito que no en todas las ciudades sirve, pero es que si se queda ese carril para los patinetes todavía es peor!!! Porque ya es la ciudad sin ley. Actual tema el que el autor menciona!! Enhorabuena D. Blas!!