
Estamos viviendo años convulsos e inseguros, en especial, para la seguridad jurídica en España, donde acudimos a diario a debates parlamentarios en ambas Cámaras legislativas y comprobamos que la mentira, el cambio de opinión, la compra de voluntades y la falta de preparación han hecho que se legisle al antojo de un gobierno en minoría y de varios estómagos agradecidos que para completar esa mayoría necesaria introducen en las normas sus caprichos, su odio y sus incapacidades, pero claro, todo ello, tiene un corto camino como lo estamos viendo a diario. Este pasado miércoles, el Gobierno sufrió dos derrotas parlamentarias muy importantes para el devenir de la sociedad española y concretamente para establecer aspiraciones de los pensionistas y de aquellas necesidades que la sociedad en su conjunto posee.
La mayoría del Congreso derrotó el Real Decreto-ley que avalaba el impuesto a las energéticas, todo por 177 votos contra 171, por lo que quedó sin convalidar el Real Decreto ley Ómnibus que tenía 80 medidas, lo cual se parecía más a la extinguida ley de acompañamiento o a una tómbola donde existen premios de todos los colores, tamaños y cuantías. Pues bien, esta ley ómnibus no ha prosperado en la subvención al transporte público, la cual incluía medidas tributarias, de vivienda, de gravámenes energéticos o lo que es peor la prórroga del SMI, sin olvidar que también se prorrogaba un año de suspensión de los desahucios de hogares vulnerables, lo cual amarraba a los propietarios de viviendas en muchísimo más y medidas sobre pensiones y otras prestaciones públicas, donde se revalorizaban las prestaciones y donde curiosamente en este mes en el que nos encontramos ya han comunicado a los pensionistas subidas y percepciones que no se encuentran aprobadas. Dicho lo cual, el Real Decreto-ley tumbado pierde toda la vigencia. Es decir, estamos ante una practica tramposa que se viene haciendo en los últimos años, la cual es un cajón desastre donde se introduce todo lo que se puede y queda en auténtico humo, olvidando que existe ya doctrina desde 1978 donde el Decreto ley aludido debe ser convalidado en su totalidad y no por partes o a la conveniencia de las enmiendas, cosa que sí se puede llevar a cabo en los proyectos de ley donde se puede aprobar una parte del mismo.
Toda esta inseguridad jurídica está alarmando a la sociedad civil y lo que es peor, se culpa ahora a la oposición como responsable de algo que se sabe que no se puede aprobar por parcelas, lo que termina en un nuevo engaño que la ignorancia de muchos hacen responsables a quien cumple con el deber parlamentario de aprobar o denegar lo que legítimamente se corresponde y no el populismo de un Gobierno que haciendo un totum revolutum hacen lo que le da la gana y se encuentra como en el caso de ahora, contra las cuerdas de todo un Estado de Derecho. El Gobierno debe reconocer su gran error y su chulería y cambiar humildemente por una norma llena de contenido legal, para lo cual debe convocar un Consejo de Ministros que puede ser urgente e impulsar estos decretos leyes y aprobar uno con el incremento de las pensiones y las subvenciones al transporte público que lo llevaría al Congreso para pasar por otra votación y así disfrutaremos de la legitimidad que nos da el Congreso de los Diputados y el Senado, porque o se destierra este tipo de prácticas abusivas, como así ya lo manifestó por una Sentencia el Tribunal Constitucional sobre las leyes de acompañamiento, manifestando en su día que este tipo de practicas eran una mala técnica legislativa, o se siguen los procedimientos como marcan los reglamentos.
En resumen, acudimos a un desastre normativo que no tiene ni pies ni cabeza, el cual está obligando a tener que corregir cuanto se ha impuesto y perdido en una votación, pero que a la larga va a traer consecuencias graves para muchos ciudadanos que ven todo este batiburrillo como un mar revuelto, lleno de suciedad donde muchos negocios, pensionistas y propietarios de inmuebles, sin olvidar la generalidad de quienes perciben subvenciones por el transporte, se vean ahogados en un verdadero fango por culpa de los nefastos políticos que miran por su interés personal y por la obtención de votos.
Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.
Creo que la desfachatez del PSOE en esta derrota tenida, es algo inexplicable y de tanta caradura política, que Pedro Sánchez tendría que esconderse de la vergüenza que aflora tanto en España como en Europa. Echar la culpa a otros de su mala praxis política no tiene nombre, pues ha metido en un cajón de sastre todo lo que ha querido cuando sabe las consecuencias adversas y me pregunto ¿qué asesoramiento parlamentario posee el Sr Sánchez? Así no podemos seguir y más cuando quieren con mentiras culpar a otros, cuando lo qye debería de hacer es irse ya, pues no ganó las elecciones y se coalígó con varios impresentables. Dice el refrán que quien se acuesta con niños amanece meado y esto ha ocurrido a este golfo de la política y trilero de las malas artes.
Sánchez es tan soberbio que no reconoce la derrota y la falta de apoyo que tiene. Deberia convocar elecciones porque no se puede gobernar sin presupuestos y sin apoyos. Ahora dice que sale si o si la ley. A ver cómo lo hace y a qué precio sobretodo que es lo peor. Enhorabuena por el artículo D. José que siempre nos acerca la realidad y la actualidad.