V. C. Cortes| WeltDeLibros
Alma Clásicos Ilustrados | Ilustrado por Luisa Rivera
Horacio Silvestre Quiroga Forteza fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. La palabra cuentista tiene quizás hoy en día otras connotaciones, pero este autor que vivió en las últimas décadas del s.XIX y primeras del XX consiguió plasmar sus relatos en diversas publicaciones y como cuentista convertirse en un clásico de la literatura hispanoamericana del s.XX.
El título da una idea de sobre que tratan estos cuentos, quizás un poco más de amor con buenas dosis de locura y una omnipresente muerte. Dicen que estos cuentos además reflejan los estados de ánimo del propio autor, influyendo en su prosa las vivencias que el propio Horacio vegetaba.
18 cuentos ilustrados de forma exquisita por Luisa Rivera. 18 historias que nos llevarán de la tan europea Buenos Aires a la salvaje selva uruguaya y paraguaya, entre manglares donde cualquier sombra acecha en la oscuridad. Y é aquí, a mi parecer, una de las claves de estas historias, pues con una temática que bien podría desarrollarse en Madrid o Paris, el autor uruguayo sabe trasladarlas a tierras más meridionales, sin perder esencia, tino y maestría, le da un sabor exótico que solo en aquellas lejanas tierras se les podría dar.
En todas ellas hay un rastro de amor, más presente o más ambiental, y es posible que precisamente por este motivo me hayan llamado más la atención aquellas historias donde la locura y la muerte ganan terreno en detrimento del primero. Pues las tres, son fuerzas que luchan por dominar la existencia del ser humano. Esa lucha eterna se da por supuesto también en estas 18 historias, resultando siempre vencedora la en ese concreto momento sabe mostrar sus mejores cartas y dominar mejor el estado del protagonista de turno.
En general todas me gustaron, pero si tuviera que elegir me quedaría con las siguientes:
- La gallina degollada, es una macabra tragedia familiar, en la que el autor se acerca a la muerte a través de los inocentes ojos de unos hermanos.
- Los buques suicidantes, tampoco deja a la imaginación este título. La destaco sobre todo por el ambiente más fantasmal y decimonónico de su trama.
- El solitario, en la cual la ambición traspasa los sueños y las alegrías, sepultando hasta el más dulce de los amores.
- El alambre de púa, si bien no me ha parecido que encaje bien en el conjunto de historias, me gusta por ser una prosopopeya, dotando a animales, (en este caso a caballos, vacas y toro) de la facultad de hablar, comunicarse y pensar como humanos.
En definitiva, este libro es una curiosa y cuidada antología de relatos de un autor que en mi caso era desconocido, pero que cuyo talento y pluma lo han convertido en todo un referente para los cuentistas, de los de ahora y sobre todo de los de antes.