Con una macrooferta de empleo público no se acaba con el paro

José Blas Fernández Sánchez

El pasado Consejo de Ministros ha presentado una oferta de empleo público que es la mayor de la historia que se conozca tras la transición. Nuestro querido Presidente, tras un acuerdo llevado a cabo con los Sindicatos,  ha anunciado una oferta de empleo público estatal para lo que queda del 2022, donde  salvo que los números nos engañen, son de 44.787 plazas, de las cuales, 34.151 serán  de nuevo ingreso, 12.142 de promoción interna y 10.636 de estabilización  del personal interino. Es decir,  van a dar cabida  al empleo público para así destinar a las gestiones políticas todos aquellos empleados que a la postre hay que pagarles con el dinero de nuestros impuestos. Comparto que  ha habido una jubilación masiva de funcionarios que han dejado a muchas administraciones con el “culo al sol”, pero también es verdad que un Gobierno que tiene 23 Ministerios podía  haber acumulado el 50% de éstos y haberlos constreñidos  a la mitad, porque así es como se planifican las plantillas y también, a la vez, se reduce el  déficit de personal. En los procesos de promoción interna,  lógicamente simplificaran y reducirán temarios para que se cubran los ascensos  y aquellas plazas que hay que llevarlas a cabo en el plazo de tres meses, pero lo que no cabe duda es que la creación de empleo público, junto con las pensiones,  es un lastre que tiene este Gobierno, el cual  está engordando el déficit estructural y no sabe por dónde van a salir. Comparto que  hay que aumentar plazas en la Policía Nacional y Guardia Civil, pues en la primera ya la promoción interna se lleva cerca de 5000  plazas, así como la Guardia Civil que entre ingreso libre y promoción interna, serán casi otras 5000 plazas, sin olvidar  para la administración de justicia que también se hace necesario, pues carecen de medios humanos de una forma considerable.

Todo esto,  nos llega con preocupación, pues es un máximo histórico que  nunca se había dado, lo que supone un 29% del total, pero se nota que con elecciones próximas a celebrar, algunos quieren utilizar estas colocaciones como moneda de cambio para el rédito electoral, lo cual no cumple con el control del gasto  y déficit que nos tienen impuesto los objetivos de Bruselas, por lo que esto también retrasará la recuperación del mercado laboral, ya que con una reforma tan inexplicable,  que en la práctica los contratos obedecen a la desaparición de la palabra eventual para convertirlos en fijos con apariencia, no llegamos a ningún sitio, porque el empleo público hay que racionalizarlo  y hay que darle  unos objetivos de rendimientos que hoy no poseen, por lo que es claro que esta oferta ponga sonrientes y contentos a los sindicatos que son los que han negociado  lo que van a ejecutar,  no solamente en las plazas, sino también después del verano, pues tendremos una subida salarial para estos funcionarios que no sabemos en la espiral en la que entraremos.

No cabe duda que el empleo público hay que tenerlo para que esos servidores, como tales, presten un servicio a la sociedad que sea vital y necesario, pero aquí, a las empresas que crean su propio empleo, que tienen su propio mercado y que están muchas al borde de la desaparición, poco se les ayuda ni se atisba mejoras para las mismas, al revés, presiones fiscales, persecución de inspectores de trabajo y de Hacienda y  pagar impuestos de toda  índole, ya sean estatal , autonómico o local. La vaca ya no  puede dar más leche, la cesta de la compra se ha desbordado y la inflación nos muerde todos los días, lo que pone de manifiesto que los empleados públicos van a ganar su salario sí o sí, ahí no caben regulaciones de empleo ni despidos colectivos, ni tampoco tablas de rendimientos, por lo que al final, el ciudadano de a pie, la pyme y micropyme, el autónomo  y los pagadores de impuestos a título individual son los que se llevan el marrón de pagar puedan o no puedan.

Habría que preguntarle al Gobierno  y  a las CCAA,  Diputaciones y Ayuntamientos que cuánta gente sobra de esa Administración paralela como con las empresas públicas, que muchas están huecas y llenas de viento como los buñuelos, con gente que en muchos casos sólo saben cobrar  y cotizar y ya de camino hablemos de los asesores, de esos amigotes que desde los partidos se les colocan como funcionarios de empleo, con cometidos que se desconocen y para tan sólo recogerlos de las filas del paro y  tenerlos apesebrados con dinero público que pagamos todos.

Por eso y termino, estamos ante una creación de empleo en falso y posiblemente el Sr. Sanchez, cuando acabe la legislatura, no  seguirá, pero  las plazas que se convoquen las ha dejado ahí para que  las paguemos los mismos de siempre.

Fdo.: José Blas Fernández Sánchez.

6 Respuestas a “Con una macrooferta de empleo público no se acaba con el paro”

  1. Más gasto público para nuestra maltrecha economía y endeudado país… Otro despropósito más de este gobierno que como bien dice D. José Blas ellos se irán, pero el gasto público seguirá. Mientras seguirán exprimiendo a los autónomos y clase media a impuestos para seguir despilfarrando dinero y comprando votos.

  2. El empleo público lo pagan los empleados privados. La solución es favorecer a los empresarios con menos impuestos y menos agravamientos para pagar un sueldo También a todo el que estuviera en el paro y no aceptara un empleo Debería quedarse sin paro. A no ser que haya un impedimento físico para ese trabajo Porque mientras tengan un sueldo por mínimo que sea no trabajan. Yo mujer autónoma sin ninguna ayuda y tres hijos sola al estar divorciada. Sin pensión compensatoria de mi ex. Solo he hecho trabajar, jamas pare aún estando mala. No podía. Dios nos dijo que enseñáramos a pescar .. no a dar peces que otros pescan. El despilfarro del gobierno , otra manera de tirar lo público y no ponerlo en lo necesario . Con un buen gobierno se arregla todo. Hay dinero suficiente con los impuesto adecuados. Pero hay que quitar todo lo Superfluo Es como un hogar. Ni mas ni menos

  3. Los funcionarios son de una pasta especial , tienen días propios, horarios muy aceptables y jornadas que yo las quisiera para mi en mi empresa como trabajador. Cambian de vez en cuando de centro de trabajo y buscan dónde menos hagan y luego los jefes no tienen nada que ver con los de una pyme y empresa grande. Enfin menos funcionarios que los pagamos nosotros y más empleo y bonificaciones para los autonomos.

  4. Un artículo muy acertado. El país en el que una gran parte de sus gentes quieren ser funcionarios no es un gran país porque no desea progresar ni invertir en el futuro. Los funcionarios justos pero no vamos a ningún sitio si hay más funcionarios que trabajadores. Hay que potenciar el trabajo en el sector privado para progresar y para reducir el gasto público que nos va a axfisiar.

  5. Exelente artículo, una vez más Pepe Blas certero en su análisis.
    No tengo más que decir , coincido con usted al cienxcien

  6. Comparto que deben existir funcionarios y además bien documentados, pero no con trajes a medidas como existen puestos a dedos y con oposiciones tendenciosas del color del que gobierna. Pero el rendimiento en estos que los hay como manojos, dejan mucho que desear. Hay boquetes donde hay algunos metidos como en las cuevas y ni se saben que están allí, por eso veo mejor limitar a la mitad los Ministerios, las Consejerías y desaparecer las Diputaciones, para recolocarlos y que trabajen, pues este coste millonario de gente que entrará nueva, es tener mayor coste de quienes pagadlos tantos impuestos. De las empresas públicas cerraría la mitad y me quedo corto, son un nido de amigotes colocados a dedo desde las Administraciones y cerraría tantas TV publicas que solo sirven para crear odio y tener amigas y amigos cobrando sin hacer nada.

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