Sr. Don Francisco Marhuenda,
Director de La Razón.
El Espíritu Santo no coarta la libertad de los cardenales electores para elegir a “su candidato
“Estoy seguro de que el Espíritu Santo se confundió y de que los Cardenales eligieron un candidato catastrófico”. De lo que estoy seguro es de que ni Lenin ni Stalin se hubieran atrevido a decir una barbaridad semejante del Espíritu Santo y del Papa, Pastor de la Iglesia universal.
Sr Marhuenda, en el libelo con el que se ha despachado a gusto contra el Santo Padre en su artículo de opinión, tiene el atrevimiento público de declararse católico y acusar al mismo Dios, le recuerdo que el Espíritu Santo es Dios, de confundirse inspirando a los Cardenales un candidato “catastrófico”.
Se ve que es de pluma ligera, pero en cambio no demuestra estar muy ducho en temas doctrinales. Quizás convendría que le diera un repaso a los fundamentos de la fe e incluso le honraría si rectificara para reconfortar así a muchos de sus lectores católicos, entre los que me encuentro, que nos hemos visto sorprendidos por la inusual agresividad verbal contra el Sumo Pontífice.
El Espíritu Santo no coarta la libertad de los cardenales electores para elegir a “su candidato”. Dios respeta tanto la libertad que su Hijo murió “libremente” por la redención del hombre. Los Cardenales tiene tanta libertad para elegir al Papa, como Vd para elegir a sus colaboradores y son ellos, incluso desoyendo la inspiración del Espíritu Santo, quienes pueden no elegir al más adecuado.
Si se entretiene en leer la historia de los Papas a lo largo de los mas de dos mil años de vida de la Iglesia comprobará que ha habido Papas santos, mundanos y mediocres elegidos bajo la exclusiva responsabilidad de los electores quienes, como todo bicho viviente, responderán ante Dios uno y trino, del uso que han hecho de su libertad en la elección.
Discrepo por otra parte de su visión tan negativa y catastrofista del Papa Francisco. Un Papa que predica y vive la pobreza cuando unos millonarios están a punto de alcanzar la luna mientras millones de hombres pasan hambre en el mundo, es suficiente motivo para rezar mucho por el y también por sus errores que como todo ser humano -el Papa lo es- puede cometer en temas opinables.
Sr. Marhuenda, como católico que dice ser, rece por el Papa que lo necesita. Es más si Vd está preocupado por lo que dice o hace, como un buen hijo puede y debe estarlo por su padre, aún tendrá más motivo para hacerlo. Sin duda el Papa se lo agradecerá y el Espíritu Santo se lo retribuirá.
Jorge Heran